Siguiendo la maxima castrense, que rezaba, recordémoslo, «el que vale, vale, y el que no, pa’ Cabo», y su equivalente relativa al Periodismo, donde los estudiantes menos brillantes, acaban fagocitados por la sección de Deportes, hay que ver lo poco que se necesita para ser Jefe.
Se diría que los Jefes, como en este caso, lo son por ineficiencia, por ineptitud, por incapacidad manifiesta y demostrada. Porque no sirven para otra cosa, vamos. Venga Peter o Arquímedes con sus principios a corroborarlo.
El andoba (El Jefe) no tiene por donde agarrarle. Permanece anclado en un pasado involutivo, rancio, particular.
Suele descalzarse con facilidad, en su despacho, en horario laboral.
Como afición relee novelitas de Lafuente Estefanía con las páginas leídas ya, dobladas, tras el lomo.
En música le chiflan las Bandas Militares / Los Remeros Del Volga y Sade, mucho Sade.
Y en cine, su secuencia fetiche es la de Huma Roo [Marisa Paredes] haciendo flipar con su confesión a la Agrado [Antonia San Juan], Manuela [Cecilia Roth] y Rosa [Penélope Cruz] en ‘Todo Sobre Mi Madre (1999): «El tiempo que hace que no me como yo una polla.» Desolador. Fulgen.