Ver desenvolverse a estas orquestas, que nada tiene que ver con la presentada más arriba, la de verdad, la que hizo los discos, tiene un cierto paralelismo con la antigua costumbre de ir, en medio de un panorama de toneles, a comprar vino (licores) a granel. Cuando ya todo viene envasado, incluso la música, sin saber su procedencia, te atrae esa sensación de autenticidad, de realidad, de verdad de la buena, donde la imperfección es parte, imprescindible, del espectáculo. Saludos!
Ver desenvolverse a estas orquestas, que nada tiene que ver con la presentada más arriba, la de verdad, la que hizo los discos, tiene un cierto paralelismo con la antigua costumbre de ir, en medio de un panorama de toneles, a comprar vino (licores) a granel. Cuando ya todo viene envasado, incluso la música, sin saber su procedencia, te atrae esa sensación de autenticidad, de realidad, de verdad de la buena, donde la imperfección es parte, imprescindible, del espectáculo. Saludos!